La deshidratación y los trastornos del sodio, especialmente la hiponatremia (niveles bajos de sodio en sangre), son riesgos silenciosos que pueden afectar a personas de todas las edades durante el verano, debido al aumento de las temperaturas y la pérdida de líquidos por sudoración, esto puede derivar en trastornos que afectan al sistema nervioso y cardiovascular. Es crucial tomar medidas preventivas para evitar estos problemas y mantener una hidratación adecuada.
En resumen, la deshidratación y los trastornos del sodio son riesgos que deben tomarse en serio durante el verano, especialmente en niños y personas mayores. Mantener una hidratación adecuada, reponer los electrolitos perdidos y tomar medidas preventivas puede ayudar a evitar complicaciones y disfrutar del verano de manera segura.